Todo es un azar que lleva a una causa, que es el hilo conductor para cada azar. De esto trata este blog. Es una causa y es un azar. Esto hace que se manifiesten muchas otras causas y muchos otros azares. Sin frecuencias, sin definiciones, sin especificaciones. Es para todos y es nada, para ser todo.
viernes, 21 de octubre de 2011
Chris Botti just for you
A las 7:30PM la noche se vistió impecable. El traje negro que no nació para esa ocasión, me cayó como anillo al dedo. Off we go al Teatro Nacional. No hacía calor. Llovió pero no nos mojamos y nos reímos solo de lo que teníamos que reír.
Todos los asistentes tenían ese vestuario variopinto que nos caracteriza a los dominicanos. Debajo de la carpa blanca, me dió la sensación de estar en una comedia. Los mozos hacìan piruetas con las copas de champagne, y esto le daba el toque que faltaba, ese que yo denomino como deliciosamente decadente. Luego, cuando anunciaron el “señores y señoras, el espectáculo va a comenzar”, supuestamente en 5 minutos, que a fin de cuentas fueron 20, la manada empezó a desfilar hasta encontrar las sillas adecuadas. Pero está bien, si se retrasó el show, démosle un poco de flexibilidad, se trataba de Chris Botti, nada más y nada menos. De todas formas, seguiría siendo el 64 Aniversario del Banco Central por un par de horas más.
Su presencia se impuso en el escenario. Entró sin alardes. Tiene una personalidad tan agradable, que se hace inmenso. Botti destilaba esa chispa de luz, quizás en esto ha tenido mucho que ver el tono rubio celestial de sus cabellos perfectamente peinados. Impecablemente vestido, inició su repertorio, adecuado, acertadísimo para hacer una velada encantadora. Su orquesta fue simplemente magistral y Lisa Fischer, su vocalista, un verdadero tesoro auditivo.
Era la noche del respiro justo y necesario. Estaba con quien tenía que estar, escuchaba lo que debía escuchar y esperaba justo lo que merecía y merezco.
Chriss Botti just for you. Sin importar las más de 1000 personas colgadas de los asientos. Cada nota de su trompeta fue para ti. Y de hecho, desde hacía más de cuatro años, debió ser así. Fue entonces que entendí que sí existen noches perfectas, especialmente después de tormentas perfectas.
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