jueves, 27 de octubre de 2011

Gracias por el fuego


El relato de un incendio que arrasó con una porción de tierra y un potrero, me dio cierto grado de escalofríos. ¿Y si yo hubiese estado allí? El fuego me da miedo. Pero el relato me conmovió. Sé muy bien que el fuego purifica. Destruye todos los cimientos y limpia, para que crezca, lo que sea que tiene que crecer de nuevo, con fuerza, sanidad y belleza. En el relato, me dijeron que presenciaron un milagro. Cuando crees que lo perdiste todo, es justo cuando te puedes dar cuenta, que en realidad acabas de ganar más...una nueva vida robusta y henchida de esperanzas. Una vida real y sincera, sin los consabidos intereses creados. Porque por ahí dicen, que el amor y el interés se fueron al campo un día...
Por mi casa pasó el fuego. La carta de La Torre predijo la destrucción total de las formas existentes para dar paso a la renovación. El fuego no me quemó. Quemó los sentimientos que un día tuve, para que nunca más se me ocurriera ni el más leve intento de revivirlos. El fuego me salvó de todo lo que otros tendrán que padecer.
El fuego calcinó una estructura pre hecha de vida, para obligarme a que a base de temple, yo diseñara mi propio futuro y empezara a vivir, a vivir, a vivir mi presente tal y como soy .
Las cenizas ya se desperdigaron, no queda nada de ellas. Gracias por el fuego, como dijo Benedetti, hoy estoy libre y con bríos. Estoy como si estuviera sobre un caballo grande y veloz, que galopara por el campito de mis sueños.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Mírate en el espejo


Manuel quiero que seas un hombre de bien. No se trata de ser el mejor hombre, se trata de ser un hombre de bien. Los seres humanos debemos cultivar esa palabra intangible que se llama conciencia y la voz que se desprende de ella, porque si no aprendes a escucharla, no tendrás referencia entre lo que está mal y está bien. Sé que no eres perfecto, nadie lo es. Y sé que cometerás errores, aquí estaré para señalártelos y ayudarte a enmendarlos. Tal y como tú a tus diez años, haces conmigo. Recuerda que somos un equipo. Entiendo que será inevitable que hagas sufrir a algunas personas y, que a su vez, también te hagan sufrir a ti en el proceso de vivir. Lo importante es tener el conocimiento pleno de esto y tener la humildad de pedir y aceptar el perdón. En la medida de lo posible, trata de que tu camino sea tan recto como la línea del horizonte. Las medias tintas son solo eso, medias tintas y el honor, nunca se parte por la mitad. Por lo tanto sé honorable, porque por las noches, a pesar de las decepciones inevitables, sentir que eres digno, te dará paz y fuerzas para continuar el trayecto.
Crece sabiendo que las palabras no se las lleva el viento, hieren y destruyen, como también, sanan y acarician. Procura ser sincero y fiel a tí mismo, para que lo puedas ser con los demás. Nunca los valores pasarán de moda, así que agárrate fuerte de la integridad. Aunque muchas veces sientas que la honestidad no vale la pena, que eres una especie rara dentro de la manada, al final, entenderás que la felicidad no es más que sentir sosiego en las tormentas y fe en la oscuridad y, esto, solo podrás sentirlo si eres honesto.
Trata de olvidar los dolores que te provocan los insensibles y por favor, no pierdas el tiempo preguntando por qué lo hacen. No encontrarás una respuesta que te satisfaga. La realidad es que hay gente buena y gente no tan buena. Y tú eres de este primer grupo, no esperes que los del segundo, se comporten como tú. Cuídate de ellos, es tu responsabilidad defenderte con uñas y dientes de los trepadores que aparecen enredados en el pavimento, al acecho de un tronco al que aferrarse. Nadie tiene derecho a lesionarte ni a cuestionarte. Sé humilde, sé paciente, sé creyente, hijo que la vida es justa pero a su tiempo. Tus seres de Luz estarán siempre a tu lado. Yo, el día que desencarne, desde otro plano, estaré proyectándote amor para que tus caminos no sean ásperos y encuentres las direcciones correctas.
Manuel, todo tiene una razón de ser. Nadie te deja, la vida retira lo que no conviene tener cerca. Aprende a mirar en silencio cómo todo lo que sube, baja y cómo cada causa, genera un efecto. Es de sabios ser paciente y tu, lo tienes que ser. Verás cómo pasan frente a tus ojos cabizbajos, los que un día altivos pensaron que con su indiferencia te hacían sentir menos.
Y esto es casi un ruego, por favor, te pido, que seas lo suficientemente diáfano para poder ver tu imagen en cualquier espejo y que no tengas la necesidad de mirar hacia otro lado.

martes, 25 de octubre de 2011

Je confesse


Lo confieso. Si quieren me alumbran la cara con esa luz de oficina de detectives para que vean mis pupilas que no se retraen. Lo digo en serio. En el fondo soy una cantante frustrada. Lo que quiero es cantar. Ayer, cuando la noche se partió en dos y a Amanda le dio una crisis existencial, la solución fue Danny Rivera. Sí, Danny Rivera. Cuando el CD o DC empezó a aflorar esos violines eternos de la canción “Madrigal”, allí empecé yo. “Una rosa en tu pelo parece una estrella en el cielo”, y así sucesivamente. Fue como si los spotlights me hubiesen abierto el camino para mi debut musical. Y al parecer, afiné bastante bien, porque mi audiencia insistió en que volviera a cantarla. “Yo a tu lado no siento las horas que van con el tiempo ni me acuerdo que llevo en mi pecho una herida mortal, yo contigo no siento el sonar de la lluvia en el viento, porque llevo tu amor en mi pecho como un madrigal”.
No sé qué pasó, pero todos, absolutamente todos elevamos las copas y el líquido de uvas procesadas fluyó por los vasos capilares y nos puso casi como Lucy, sí, la que está en el cielo con diamantes. Figúrense la estampa.
Solo diré que mis días terminarán en un escenario pequeño de un bar pequeño en un pueblo pequeño. Yo cantaré todas esas canciones que han sido parte de cada etapa de mi vida. Han sido muchas, en inglés, español y hasta italiano. Cada noche tomaré un poco de espíritu y empezaré mi repertorio con madrigal y sus eternos violines. Me recordarán en ese pequeño escenario de ese pequeño bar en ese pequeño pueblo y luego cuando yo desencarne, aunque suene dramático, pondrán una foto mía en la entrada y empezará el mito, de aquella comunicadora que un día llegó a este pueblo lejano, con un perro, un gato y una tortuga, pidió una copa de vino y se puso a cantar "Madrigal".

domingo, 23 de octubre de 2011

Manuel, this song it's for you...and for me



http://www.youtube.com/watch?v=b7k0a5hYnSI&ob=av2e


Unwritten, by NATASHA BEDINGFIELD

I am unwritten, can't read my mind, i'm undefined
i'm just beginning, the pen's in my hand, ending unplanned
Staring at the blank page before you
open up the dirty window
let the sun illuminate the words that you could not find
Reaching for something in the distance
so close you can almost taste it
release your innovations
feel the rain on your skin
no one else can feel it for you
only you can let it in
no one else, no one else
can speak the words on your lips
drench yourself in words unspoken
live your life with arms wide open
today is where your book begins
the rest is still unwritten
Oh, oh, oh
I break tradition, sometimes my tries, are outside the lines
we've been conditioned to not make mistakes, but i can't live that way
Staring at the blank page before you
open up the dirty window
let the sun illuminate the words that you could not find
Reaching for something in the distance
so close you can almost taste it
release your inner visions
feel the rain on your skin
no one else can feel it for you
only you can let it in
no one else, no one else
can speak the words on your lips
drench yourself in words unspoken
live your life with arms wide open
today is where your book begins
Feel the rain on your skin
no one else can feel it for you
only you can let it in
no one else, no one else
can speak the words on your lips
drench yourself in words unspoken
live your life with arms wide open
today is where your book begins
the rest is still unwritten
Staring at the blank page before you
open up the dirty window
let the sun illuminate the words that you could not find
Reaching for something in the distance
so close you can almost taste it
release your inner visions
feel the rain on your skin
no one else can feel it for you
only you can let it in
no one else, no one else
can speak the words on your lips
drench yourself in words unspoken
live your life with arms wide open
today is where your book begins
Feel the rain on your skin
no one else can feel it for you
only you can let it in
no one else, no one else
can speak the words on your lips
drench yourself in words unspoken
live your life with arms wide open
today is where your book begins
the rest is still unwritten
the rest is still unwritten
the rest is still unwritten
Oh, yeah, yeah

sábado, 22 de octubre de 2011

Pataletas


Fui una niña tranquila. Cambiaba las Barbies por libros. Me sentaba en una mecedorita todas las tardes a escribir historias fantásticas, que algún día sucederían en la vida real. Al menos, eso pensaba. Recuerdo que mi primer amor fue Alejandro Magno, hasta aquel trágico día en el que me enteré de sus preferencias. Luego, quise ser Madame Bovary, hasta que la profesora de quinto grado de primaria convocó a mis padres, porque yo atentaba contra la moralidad y buenas costumbres de mis compañeras. En mi recorrido histórico, me estacioné en Francia y me declaré admiradora ferviente de Juana de Arco. Luego me mudé a Austria y me instalé con los Habsburgo por María Antonieta. Así pasaron mis años de primaria y secundaria, entre personajes de la Historia.
Juana, María, Emma, Alejandro y tantos otros, alimentaron mi imaginación y me abrieron un mundo dentro de las páginas amarillas de los libros de mi papá.
Uno de mis últimos amores fue Simón Bolívar y yo juraba que era Manuela Saenz. Ya no me queda mucho tiempo para soñar ni para imaginarme historias fantásticas. Ya la vida creció. Pero aún soy capaz de cambiar Barbies por libros.
Se supone que este post sería la descripción de algunas de mis grandes pataletas. No es que surgen con frecuencia, pero reconozco que mis raíces catalanas se cruzan con las criollas de vez en cuando y de cuando en vez. De repente contesté sin querer esa pregunta de cómo soy y esto fue un pequeño extracto. Lo que pasa, es que hace dos días escribí un mail justo en medio de una intensa pataleta y quizás es mi forma de decirle al destinatario que fue solo eso, una pataleta.

El post necesario


No están todos los que son ni son todos los que están. Ahora bien, fueron muchos los que en una forma sincera, otros burlona y otros con rabia me alertaron del tsunami que se avecinaba.
A todos los que hoy se ríen porque tenían la certeza que pasaría y vieron cómo me lancé sin paracaídas del avión, ríanse un poco más, están en su derecho. A todas las personas que se acongojan, porque se solidarizan y entienden la magnitud del hecho, gracias del alma.
El tsunami pasó y si bien es cierto se llevó todo lo que encontró por delante, aún así no pudo llevarse ni la fe, ni la dignidad ni mucho menos la integridad, tres características intangibles pero palpables.
El tiempo se encarga de poner todo en su justo lugar y darle a cada quien lo que merece. Y como le dije a una persona extrañamente especial "the best is yet to come". Errar es de humanos, reconocer el error, humaniza más. Mea culpa, mala elección.
Brindemos por lo que se fue, que pese a todo, fue lo mejor que pudo suceder. Cada mañana lo ratificamos un tanto más.
Cheers!

viernes, 21 de octubre de 2011

Chris Botti just for you


A las 7:30PM la noche se vistió impecable. El traje negro que no nació para esa ocasión, me cayó como anillo al dedo. Off we go al Teatro Nacional. No hacía calor. Llovió pero no nos mojamos y nos reímos solo de lo que teníamos que reír.
Todos los asistentes tenían ese vestuario variopinto que nos caracteriza a los dominicanos. Debajo de la carpa blanca, me dió la sensación de estar en una comedia. Los mozos hacìan piruetas con las copas de champagne, y esto le daba el toque que faltaba, ese que yo denomino como deliciosamente decadente. Luego, cuando anunciaron el “señores y señoras, el espectáculo va a comenzar”, supuestamente en 5 minutos, que a fin de cuentas fueron 20, la manada empezó a desfilar hasta encontrar las sillas adecuadas. Pero está bien, si se retrasó el show, démosle un poco de flexibilidad, se trataba de Chris Botti, nada más y nada menos. De todas formas, seguiría siendo el 64 Aniversario del Banco Central por un par de horas más.
Su presencia se impuso en el escenario. Entró sin alardes. Tiene una personalidad tan agradable, que se hace inmenso. Botti destilaba esa chispa de luz, quizás en esto ha tenido mucho que ver el tono rubio celestial de sus cabellos perfectamente peinados. Impecablemente vestido, inició su repertorio, adecuado, acertadísimo para hacer una velada encantadora. Su orquesta fue simplemente magistral y Lisa Fischer, su vocalista, un verdadero tesoro auditivo.
Era la noche del respiro justo y necesario. Estaba con quien tenía que estar, escuchaba lo que debía escuchar y esperaba justo lo que merecía y merezco.
Chriss Botti just for you. Sin importar las más de 1000 personas colgadas de los asientos. Cada nota de su trompeta fue para ti. Y de hecho, desde hacía más de cuatro años, debió ser así. Fue entonces que entendí que sí existen noches perfectas, especialmente después de tormentas perfectas.

Getting out of the closet



Soy despistada. A veces, no proceso lo que digo, simplemente lo digo. Por eso, Ana se quedó mirándome con cara de espantos. Y de repente todos, absolutamente todos en el lugar, se callaron, justo después de mi frase célebre: Salí del closet!
Obviamente me refería a mi closet particular y eso, tuve que aclararlo pacientemente, ante la incredulidad de mi audiencia.
Este era mi closet. En el guardaba las apariencias y metía mis creencias en el baúl, por temor a que me tildaran de algo que no soy. Quizás si lo soy. Como lo dicen algunos, “estudiante de la LUZ”. Esa soy.
Sí, lo admito, que me gustan los rituales. Que ando investigando las propiedades de las plantas, las piedras, los colores y los aromas. Que tengo en cada esquina de mi casa, un bowl con agua y alcanfor para purificar el ambiente. Y que tengo varitas de incienso de mirra en la entrada de mi habitación.
Si salí del closet, porque ya no me importa que piensen que estoy arriba del cuckoo´s nest o que soy la brujita con la escoba. Sé que todo es energía, que no se crea ni se transforma. Que somos poderosos si nos enfocamos en utilizarla para el bien y si vibramos en el amor.
Tengo una sábila en la puerta de entrada para las malas vibras, y tengo un velón encendido permanentemente a San Miguel, para que con su espada nos defienda, como de hecho, lo hizo. Cada noche invoco el angel de la guarda y de vez en cuando, limpio mi casa con vainilla.
Aún no tengo una bola de cristal ni una varita mágica, pero tengo la firme convicción de que los pensamientos son ondas que viajan por el espacio y que son capaces de crear los acontecimientos.
Y por encima de todo, sé muy bien que la energía mal usada es un boomerang y que aquellos tristes mortales que la utilizan para hacer daño, se les devuelve multiplicada. Allí es cuando se genera el karma y empieza la ley de causa y el efecto.

domingo, 16 de octubre de 2011

Ahora, hay que parirlo


Sal. Báñate con agua salada mamiiiiiiiiii. Eso fue lo último que dijo Manuel, antes de sumergirse en la playa. Nadó, nadó y nadó. Cecilia y yo lo mirábamos desde la orilla, porque no queríamos mojarnos. Imagino que ella por una razón y yo por otra muy distinta. Cecilia tiene 8 libras y sufre de escalofríos, entre otros males. Es la chihuahua más simpática y friolenta de todo el panorama. Obviamente no quería tocar el agua con sus patitas delgadas y frágiles. Yo, simplemente no quería bañarme, sin una razón aparente. Punto.
Entonces como en Baywatch, Osvaldo y Amanda corrían sobre la arena, en cámara lenta hacia mí. Lo supe. Lo inevitable. Uno me agarró por las piernas y, la otra, por las manos. Escuché la vocecita interna que me decía: you are going down, baby. Nunca he entendido por qué mi “vocecita” es de habla inglesa. Ahora bien, siempre acierta y en cuestión de segundos, yo estaba empapada de agua salada. Creo que es terapéutica y que tiene “otras” propiedades. Sentí como si me quitara de encima 5 libras de cuerpo y 5 de pensamientos.
Fue uno de los mejores días. Mis amigos y yo mojados a las 6:00 de la tarde, sobre una toalla con dibujos de patos. Mi hijo saltando en la orilla de la playa y luchando por agarrar a Cecilia, muy escurridiza, si puedo agregar. Y las horas dibujando un nuevo suceso en mi vida. Hoy fue su gestación, ahora el reto es alimentarlo para parirlo en poco tiempo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Sea

La tarde no volvió a ser la misma después de que Juan José buscó en Youtube la canción "Sea" de Jorge Drexler y Mercedes Sosa. Gracias por dejarme la canción en un eterno replay. Ya esta en el aire girando mi moneda y que sea lo que sea.

viernes, 14 de octubre de 2011

El silencio de Cala


Su vida, al menos una de ellas, no estaba destinada a un final feliz. Pero como somos dueños del azar, hoy él está acostado en mi sofá, alive and kicking. Se mantiene en un prudente silencio siempre, salvo por las mañanas, pero esa es otra historia.
Cala nació en la calle, imagino que tendría hermanos que ya no vale la pena intentar rastrear. Vagó sin rumbo, hambriento, sucio y con miedo. Un día, sintió frío y se deslizó por dentro de los hierros calientes del motor de un carro. La dueña es una señora de quien no quiero recordar ni la altura desmesurada de su ceja izquierda.
Imagino que la cruzada por la vida de Cala, duraría días. Según las versiones de la señora de la ceja izquierda de altura desmesurada, los maullidos eran insoportables. Ella dijo que se prolongaron por más de dos noches. La idea era dejar que se "apagaran" cuando el corazón felino se detuviera. Quién sabe si así lo hizo, pero como son siete vidas, Cala probablemente agarró por las greñas la sexta.
Lo descubrimos, dentro del motor de un Toyota del 2003. Lo sacamos, previo a ofrecer su respectivo insulto a la inconsciente de la ceja izquierda desmesuradamente elevada y abusadora de gatos.
Cala, se aferró a mí, con las uñas que ya no tiene, con la aridez de quien ha sufrido demasiado y con la esperanza de vivir su sexta o quinta vida en paz, de ahora en adelante.
Desde entonces es mi gato y me quiere. Me observa en silencio acostado en mi sofá, mientras yo escribo este post. Y me mira con aprobación. Es esa presencia pacífica y serena que me estabiliza y que en su forma muy particular, me inspira a que luche por él y por mí.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Anónimo


Cuando llegó, se sintió como la mano que acaricia el pecho con suavidad. Y despejó un poco los grises del lente, además. Fue un aliento sutil que roció la tarde de tranquilidad.
Entonces, hay alguien que me nombró en silencio y que entendió mis sentimientos.
Que no hay tiempo para sentir el desconsuelo, dijo. Tampoco para preguntarse por qué. Si en el fondo conocemos todas las respuestas. Sabemos que siempre pasa lo que tiene que tiene que pasar. Sabemos que no pasa, hasta que te pasa.
Que sea lo que sea, como dice Mercedes.
Me permito ese acto humano de cerrar los ojos y abrir los brazos. Me lanzo al vacío y saco cuentas. Entonces “sigues la vida, urgente y transitoria”. Porque ya no te queda otro espacio en donde habitar. Y mientras caes, vas contando el tiempo que te resta, hasta encontrar, de nuevo, una vida. Esto es lo que dicen. Esto es lo que hacen. Esto fue lo perdido. Esto es lo que queda. Esto es lo justo. Esto es la espera.
Cuando llegó, se sintió como los labios que te besan la mejilla suavemente. Fue un mensaje anónimo que roció de tranquilidad la tarde y pronunció mi nombre en silencio.