miércoles, 23 de julio de 2014

L'Hermite


Para muchos es una costumbre pagana. Para otros, es un juego sin validez ni credibilidad. Algunos lo ven como un engaño y hay personas que creen en las cartas del Tarot, las respetan y las conocen en una forma histórica, literaria y esotérica. Tengo una amiga española que define el Tarot como un poema, todas sus cartas conforman la vida y el mundo. El tarot es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños, percepciones o estados emocionales que constituye, además, un tipo de cartomancia.
Según la Historia, sus orígenes se remontan al  siglo XIV. Su técnica se basa en la selección de cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, según el orden o disposición en que han sido seleccionadas o repartidas.
Las primeras referencias al Tarot aparecen en el siglo XV en la bella Italia. Cabe destacar que la baraja más antigua es el Tarot de Filippo Maria Visconti (1412-1447), hoy día se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Yale.
Algunas escuelas del pensamiento oculto y del estudio de los símbolos, como la Orden Hermètica del Alba Dorada, consideran el Tarot como un libro de texto y un artilugio mnemotècnico para sus enseñanzas. Todas las cartas tienen una simbología interesante. Desde el punto de vista del arte, cada detalle que contiene una carta, tiene un significado. Por ejemplo, la carta de El Ermitaño, que representa la figura de un anciano de cabello blanco andando, que lleva un manto, un fanal que le ilumina los pasos y un bastón para apoyarse. El hecho que no se le vean los pies representa que casi no se mueve de sitio o que camina en el plano espiritual, no terrenal. Su cabello blanco significa conocimiento y sabiduría. Su bastón tiene 7 nudos, como el de Moisés. Esto quiere decir que puede ser alguien para mostrarnos el camino y 7 días de la semana y de la creación. El fanal, la luz amarilla, simboliza el conocimiento, la iluminación divina.
Ahora bien, en una tirada, según los entendidos, cuando aparece la carta de El Ermitaño, representa alguien que busca la soledad, la reflexión, la prudencia, el estudio. Esta puede ser una persona sola y aislada, no cuenta con nadie para guiarla, y sólo ella tiene la respuesta a sus preguntas, o al menos eso cree. Por lo regular, la carta de El Ermitaño simboliza en el amor el deseo de estar solo. Si tiene pareja, puede romper por ansias de soledad o puede pasar una pequeña o gran crisis, por falta de comunicación. Un inminente aislamiento, en el que excluirá completamente a la otra persona.
Otro aspecto a considerar en esta carta, es el de la salud, ya que sugiere que esa persona debe cuidarse o de alguien que, aunque joven, necesita cuidarse, por peligro de enfermar. También aconseja la necesidad de potenciar el cerebro, ya que puede tener problemas de memoria y de concentración. En el ámbito del trabajo, El Ermitaño debe reciclarse. Es un momento de recogimiento intelectual y de controlar la falta de concentración y dispersión. Como dicen que saber no pesa, el Tarot resulta (para algunos) muy atractivo. Hay cartas tan hermosas como El Sol, tan apasionadas como Los Enamorados, tan sutiles como La Sacerdotisa, tan radicales como El Juicio y tan reverentes como el Hierofante. Vale la pena conocerlas y ver cómo el arte del Renacimiento quedo plasmado en estos naipes y, ¿por qué no? Tratar de encontrar el sentido y el símbolo en cada carta. Ese podría ser el reto.



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