martes, 22 de julio de 2014

El Cambio


Hoy cumplí un año más. Me sentì inmensamente agradecida por todas las muestras de amor, de respeto y de cariño de tantas personas. Me siento bendecida. Tengo una vida, gracias, gracias, gracias! Y tengo tantas pequeñas y grandes bendiciones a mi alrededor, y eso, me inspira a seguir. Dejo ir todo lo que pertenece al pasado y envìo amor a todos y todo lo que me rodea. 
Los cumpleaños no son solo fechas para celebrar, pedir deseos al soplar la vela del pastel y cantar. Son oportunidades para identificar si vamos por el camino correcto, què debemos cambiar, què debemos seguir, por què debemos luchar y què debemos dejar ir. 
Hoy cierro mi dìa viendo el documental El Cambio, del maravilloso escritor Dr. Wayne Dyer. No es la primera vez que lo veo, ciertamente no será la última. Es un verdadero camino hacia el cambio que todos en alguna etapa de nuestra vida necesitamos para vivir en paz, porque nos enseña lo que realmente importa, lo que realmente cuenta y lo que realmente vale.  Es un regalo que me hago a mi misma e invito a todos aquellos que sienten que sus vidas no enfilan hacia la paz, la tranquilidad y el amor, a que lo vean. Si realmente necesitamos un cambio, inclusive si aún no lo sabemos, ver este documental hace que tengamos una amplia visión de lo que ha sido nuestra vida y, de lo que puede ser. A veces estamos tan cargados, con tantas complicaciones, en un círculo vicioso que parece interminable, respondiendo por nosotros, respondiendo por las acciones de los otros, día tras día sobreviviendo sin vivir. Muchas veces en esa vorágine, ni siquiera nos damos cuenta de los pequeños destellos milagrosos que se nos presentan y, dejamos perder la oportunidad de ser felices, realmente felices con lo poco o lo mucho. Dejamos escapar la oportunidad de comenzar de nuevo, porque quizás nos apegamos al esquema años, al miedo por lo nuevo, al ego, a caer, a fallar y a todas esas hierbas que se interponen en el sendero. Nos sentamos tranquilamente de nuevo en la zona de confort porque sencillamente no nos atrevemos al cambio.
Los cambios atemorizan, desconciertan, provocan nervios, ansiedad...pero si no cambiamos ¿qué nos queda? Nada permanece estático libremente. Lo importante, según Dyer es seguir las señales. Si estamos cerca de la Fuente, solo sigamos fluyendo hacia ella con todo el torrente vibratorio, si es asì, la vida es una marea suave que nos mece y acurruca. Pero si estamos en turbulencias, si nuestra voz interior insiste en decirnos que somos desdichados, que si bien es cierto estamos apegados a un estilo de vida conocido, pero que no nos hace bien y que desgasta los sentidos y el cuerpo, es el momento del cambio. El cambio es para los valientes y, todos nacimos valientes.
 La vida no se trata, y esto lo he aprendido, de tener más objetos, ni de sobresalir más en la sociedad, de competencias vanas y de suma de egos. La vida, es en realidad menos complicada de esto, es tener la capacidad de fluir en paz, de llorar cuando lo necesitamos, de reír sin reparos, de ser transparentes con nuestros sentimientos al expresarlos, de perdonar y de amar con toda la fuerza que tengamos. 
No necesito mucho, prefiero ir ligera de equipaje y henchida de sentimientos, a propósito de este documental. Asì empieza hoy mi cambio.
Feliz noche. Feliz cambio.

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