jueves, 5 de abril de 2012

Porque contigo todo terminará bien.




No importa la religión o la creencia. Hay palabras poderosas, preciosas y precisas que tocan el corazón. Esta oración sencilla, es un ejemplo de esto. "Tropecé" con ella anoche, estaba en uno de esos libros que tenemos hace siglos en el estante de una esquina, que vemos, sin ver, hasta ayer...

"Dios mío, creador de todas las cosas, que amas todo lo que existe, fortaléceme por dentro con Tu infinito poder y con Tu ternura divina.
Enséñame a depender serenamente en ti, para que pueda entregarte todos mis controles.
Quiero estar bien dispuesto para lo que quieras y como quieras, para enfrentar cualquier desafío e iniciar nuevas etapas.
Ayúdame a desprenderme de mis planes cuando la vida me los modifique. Toca mi corazón para que confíe en tu protección amorosa. Serás mi poderoso salvador en medio de toda dificultad.
Derrama en mi tu vida, intensa y armoniosa para que no me resista al cansancio, al desgaste, a los cambios y para que no busque falsas seguridades.
Enséñame a aceptar con serenidad y fortaleza los limites variados de cada día y las cosas imprevistas. Libérame de toda resistencia interior contra la realidad.
Ayúdame a confiar, Señor, sabiendo que de todo puedes sacar algo bueno para mí.
Enséñame a vencer mis nerviosismos y tensiones, para enfrentar con calma y seguridad interior todo lo que me sucede.
Porque todo terminara bien.
Destruye toda desconfianza para que pueda descansar en Tu presencia, aflojarme en tus brazos de Padre, sin pretender escapar de tu mirada de amor.
Vive conmigo, Señor enfrenta conmigo los desafíos y las dificultades que ahora tengo que resolver. Porque contigo todo terminará bien.
Amén."

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