Todo es un azar que lleva a una causa, que es el hilo conductor para cada azar. De esto trata este blog. Es una causa y es un azar. Esto hace que se manifiesten muchas otras causas y muchos otros azares. Sin frecuencias, sin definiciones, sin especificaciones. Es para todos y es nada, para ser todo.
sábado, 21 de julio de 2012
La sexta
¿Alguna vez se han preguntado el significado de los números? ¿Qué tal si investigamos un poco sobre el 6?
Según la Biblia el 6 es el número más imperfecto, ya que le falta 1 para llegar a 7, considerado el número perfecto, por lo de los 7 días de la Creación según el Génesis. Sin embargo, el genio de las matemáticas Euclides, llamó al 6 número perfecto por ser igual a la suma de sus divisores.
El 6 es el número atómico del carbono. Ambrosio de Milán, teólogo y orador hizo del 6 un símbolo de la armonía perfecta. También lo es en la Qabala que le adjudica al sexto el Sefira Tiferet que significa, belleza. El 6 es la unidad base del sistema horario. El día como horas es formulable como 6+6+6+6. Como minutos (6x60) + (6x60) + (6x60) + (6x60). Y como segundos (60x60) x (6+6+6+6).
En numerología el 6 busca la armonía familiar, significa inteligencia, adaptabilidad, propicia agilidad mental y sentimental. Es un número asociado a la honestidad y fidelidad.
El 6 es compatible con el 8: una asociación ideal para negocios, proyectos o asuntos laborales.
Yo soy la sexta. No porque llegué tarde a la reunión o porque estoy antes de la séptima. Soy la sexta porque solo eran cinco las elegidas. Mi amiga, hermana y madre en esta y otras vidas Jocelyn, de vez en cuando me hablaba de sus cinco amigas y me las contaba una a una, nombre por nombre, dedo por dedo de su mano fabulosa y estilizada como dice mi hermano. Lo que provocaba en mí ese ardor en mi plexo solar que me hacía cambiar inmediatamente el tema. Entonces la pregunta de ¿por qué no estoy dentro de sus amigas elegidas? me torturaba. Tortura que elegantemente ocultaba.
Pero resulta que después de nuestras acostumbradas mini catarsis matinales, ella hace unos pocos días me dijo con una amplia sonrisa y su pose habitual muy al estilo británica. “Tú sabes que (hace una pausa), tu eres mi sexta amiga. Y quiero que sepas, que ya no estoy por conocer más personas”.
Entonces desde ese momento, no dejo de repetir “!!Soy la sexta!!”. Mi gran amiga, que en breve tiempo ha compartido risas, lágrimas, decepciones, sorpresas, alegrías y más que todo, sinceridad, me considera también su amiga. Y yo ya no tengo el ardor en el plexo solar.
!Soy su sexta!
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