lunes, 29 de junio de 2009

La Maldición del Arenque Guisado


Mi infancia estuvo matizada de muchos símbolos y tradiciones que no puedo olvidar, porque la mayoría estaban muy relacionadas con mi padre. Los domingos en la mañana me despertaba siempre el intenso olor del arenque que mi madre le preparaba a papi. Cortaba con esmero los ajíes de diferentes colores, la cebolla, el ajo y las verduras y hacía un sofrito que abría la puerta del estómago inmediatamente. Hacer el arenque de mi papá era todo un ritual, porque no podía estar muy desmenuzado, ni muy salado, ni muy duro, era un arte que con los años mi madre fue perfeccionando. Poco a poco el arenque guisado de mi papá atraía más comensales a nuestra mesa cada domingo y era el inicio de los debates políticos y literarios de la semana. El arenque de doña Olga cobraba fama, a pesar de que la unión sentimental de mis padres iba en descenso, hasta el punto en el que cuando tuve cierta edad, mi madre me traspasó todos sus secretos mágicos en el arte de su elaboración, para que yo, hija mimada y consentida de mi padre, fuera quien lo preparara cada domingo…hasta aquél en el que él no estuvo en la casa, el matrimonio se había disuelto y las mañanas del primer día de la semana se quedaron sin arenque. Mi madre formuló su postulado: “las mujeres que preparan con tanto esmero la comida de sus esposos, eventualmente son desplazadas por otras menos abnegadas” decía, es más, mi madre llamó a este síndrome “La Maldición del Arenque Guisado”. Este es un enunciado que nunca entendí, porque en mi mundo particular pienso que cuando se nos trata bien, cuando se nos halaga y se tienen detalles para con nosotros, es cuando debemos ser más receptivos y estables. Pero comprendo que mi madre se sintiera dolida profundamente, cuando mi padre en su momento, no valoró todos aquellos pequeños y grandes detalles que ella le prodigaba, como por ejemplo cada mañana de domingo, empezar tempranito la sesión del arenque guisado, en vez de quedarse acostada durmiendo un poco más; para ella, una ama de casa, criada para ser la mejor de ellas, pasando horas dentro de una cocina en el día de “descanso”, con calor, sin microondas ni cuchillos eléctricos era toda una demostración de afecto, dedicación y admiración hacia él. Años, muchos años después mi padre finalmente lo dijo, “adoraba el arenque guisado de tu madre”, pero el tiempo había pasado y el frío se había apoderado de la relación. Pero como las tradiciones se adhieren al espíritu de las personas, yo cual Martha Stewart dominicana (pero pagando mis impuestos), me aventuré a cocinar arenque, SI!!!!!!! escogía en el super los mejores filetes, para el sofrito, me esmeraba en el corte de los ajíes, ajo, cebolla y verduras y claro, no usaba salsa de tomate, sino tomates pelados y hervidos, todo para agradar a esa persona que me recordaba mucho a mi padre, por su inteligencia, su agilidad mental, su creatividad y sus gustos similares en cuanto a bebidas y comidas. Lo extraño era que cada vez que le llevaba al individuo en cuestión el suculento platillo, pasaban meses sin saber de él. Esto pasó más de una vez. Y no, NO era que el arenque estaba salado o duro, ni poco desmenuzado o sin el adecuado sazón. Estuvieron preparados con admiración, cariño y dedicación, y con los mejores ingredientes del mercado! Y entonces ¿Qué pasó? Sencillo, mi madre la llamó “La Maldición del Arenque Guisado”, un bonito nombre para decir que la persona no estaba sencillamente al parecer interesada en absolutamente nada permanente a nuestro lado, al menos por el momento. Mientras tanto uno siempre espera que de todas formas degusten el arenque, el que dicho sea de paso aporta vitaminas e ímpetu.

viernes, 26 de junio de 2009

El Hombre en el espejo




Ha muerto inesperadamente. Deja su legado musical enorme. Desde niño, cuando subía al escenario, lo iluminaba, porque él era una luz brillante, a veces demasiado, tanto que llegó a quemar su propia piel.
Inició su carrera artística en los sesentas con The Jackson Five, pero él era la esencia del grupo, sus 4 hermanos eran los hermanos de Michael Jackson. Y luego cuando despegó solo y emprendió su camino hacia la fama, dejó por siempre y para siempre su huella en el mundo de la música global. Su huella indeleble.
No importan sus escándalos, las acusaciones de las que fue objeto, el misterio que envolvía su vida, ni mucho menos la transformación física a la que se sometió durante décadas. Hoy cuando ya no está en este plano físico, sólo queda su talento indiscutible plasmado en cada una de sus canciones.
Michael Jackson era y seguirá siendo El ICONO. El Rey del Pop, “el hombre en el espejo”, que pidió cambios para lograr un mundo mejor, pero sabiendo que esto sólo es posible cuando nos miramos a nosotros mismos y generamos un cambio personal.
Que descanse en paz el alma de Michael.
“I'm starting with the man in the mirror I'm asking him to change his ways And no message could have been any clearer If you wanna make the world a better place Take a look at yourself, and then make a change” M.J.

martes, 23 de junio de 2009

El, ella... sin nada en particular



El se lo dijo, que lo leyera, pero nos sus letras, sino a él mismo. El le dijo que deseaba su liberación. El le dijo que ella era un ser único. El le dijo que se aburrió de las falsas moralidades y que deseaba sólo una moral para disfrutar. El le dijo que deseaba sus besos. El le dijo que tenía un corazón a pesar de las apariencias, pero un corazón que late de verdad, que se emociona, que se entristece y que necesita amor. El le dijo que creyera en él. El le dijo que estaba disponible siempre para apoyarla. El le dijo que se sentía feliz por sus triunfos.
La distancia los separa, la distancia autoimpuesta; aún sus besos no se consuman. Los protocolos los alejan, aún sus vidas cursan caminos distintos. Aún el miedo a descubrir los sentimientos los coloca en la indiferencia e incertidumbre. Y lo peor, es que aún ella no cree en sus palabras y el no hace que ella las crea. La confianza dura mucho tiempo en construirse y un sólo minuto en deshacerse. El le mintió y ella no lo olvida, a pesar de que lo perdonó.
Y así sus vidas son burbujas que vuelan hacia direcciones distintas, a pesar de que ella lo quiere y él a veces siente aprecio por ella. A veces...
Es la historia de dos personas que me pareció interesante transcribir en un blog. El final de ellos, fue el olvido, que es largo, mucho más que el amor, ese sentimiento que no creo que en algún momento se haya cobijado dentro de él.
Es una historia que encontré escondida en un libro viejo y maltratado, pero que conserva la esencia y el orgullo. Es un libro olvidado, en el último cajón del armario. Es una historia como muchas otras… el amor, el deseo, la distancia, el olvido, las apariencias, los mal entendidos.
El está en su refugio y ella fabricó un refugio.
Y yo leo estas páginas e imagino cómo fue su idilio, qué tan sincero pudo ser y cómo habría podido subsistir, sin tan sólo el o ella hubiesen querido o quizás quisieron y no supieron perseverar o quizás él no quiso por miedo a amar y ella por miedo a ser defrauda una vez más. O quizás...
Ella supo que el no la quería y él supo que no la podía querer y así hace 20 años la historia de amor que debió nacer, se quedó en el limbo de los sueños y dejó de respirar, de vivir, de ser… Es una historia sin nada en particular, como tantas otras. Es simplemente una historia, ni siquiera sé si es verdadera.
He querido transcribir esto, hoy una noche común y corriente del mes junio. Sin ninguna particularidad insisto, sólo encontré una historia de amor fallida escondida en un libro añejo, como tantas otras más. Y aún pienso, habrá en algún momento la esperanza de unirlos? Ni siquiera sé dónde están.
Dos personas que se parecen, que tienen los mismos intereses, que se entienden y que se unen como cristales cóncavos y convexos. Que solían arder de pasión. Podría pensar que lo de ellos simplemente fue una estrella fugaz que no significó... o quizás significó, pero el o ella no quisieron que significara. Que complejo es el amor o el desamor o el amor sin ser amor...
Es una historia que se repite, pero el miedo, las armaduras, los caparazones son escondites para no ser cómo se es y para aparentar ser lo que no se es.
Ella y el... sin nada en particular y con todos los sentimientos que sentir y expresar. ¿Algún día tendrían una oportunidad? Ella lo admira ¿pero el la amará?
Una historia sin nada en particular.

lunes, 15 de junio de 2009

La efervescencia

¿Usted sabe lo qué es la efervescencia? Veamos algunas definiciones: La efervescencia es un desprendimiento de burbujas gaseosas a través de un líquido. O bien es un proceso por el cual se da una reacción de escape de este gas es el denominado "Dióxido de carbono". Una más…reacción en fase líquida que genera como producto algún gas insoluble en el medio, generalmente dióxido de carbono en agua, y por lo tanto, escapa en forma de burbujas.
Pregunto de nuevo ¿usted sabe lo qué es la efervescencia? ¿Podría ser agitación, inquietud, acaloramiento de los ánimos? ¿Y qué le parece si llamamos efervescencia a el comportamiento de ciertas personas cuyos ánimos fluctúan constantemente? Peor aún, cuyas demostraciones de afecto y simpatía cambian continuamente, algo así como subir y bajar y subir y bajar y volver a subir y bajar. El mismo efecto que obtenemos si agitamos una botella de refresco carbonatado, o bien, para los más sofisticados, una botella de champagne y la abrimos/descorchamos y zasssss sube todo el líquido estrepitosamente y se desborda como si fuera magia y hay que apresurarse para aprovechar el máximo porque sino simplemente… baja al fondo, termina la emoción, acaba todo. Esto es efervescencia y estoy segura que ustedes tendrán una o dos o tres historias que contar relativas a este fenómeno, cada vez mayor de la población mundial.
Es simple, son esas personas que llaman, que buscan, que mandan mensajes por todas las vías posibles y que tratan a toda costa de captar tu atención ya sea a nivel corporativo, a nivel de amistad o el peor de todos los niveles, el sentimental y justamente cuando ya la víctima se acostumbra a toda esa fastuosidad de ceremonias y risas y maravillas, pasa, sí, pasa, ataca la efervescencia y ese ser que ha colmado de atenciones, de momentos hermosos y deleite se va, baja todo lo que un día estaba allá alto, en la cima del Olimpo. Justo como pasa con aquella botella de bebida carbonatada para los más prácticos y sencillos, y si aquella persona fue un poco más socialité, pues una esbelta botella de champagne. Sus burbujas se elevaron sólo para caerse duramente al fondo de una botella que ya estaba sin cuerpo y por supuesto vacía. Queda la lección aprendida, nada que suba tan rápido tiene permanencia. Por favor, la próxima vez descorche lentamente la cava para que disfrute por más tiempo su delicioso sabor o simplemente a ese refresco carbonatado, destápelo con cuidado, échele al vaso unos cuantos cubos de hielo y toméselo con calma, que así le dura más. No en vano dijo El Poeta, que corto es el amor y que largo es el olvido. No lo olvide.

viernes, 12 de junio de 2009

Aliro Paulino, uno de los robles en el camino



No he vuelto a su casa desde que murió. Quizás por la tendencia de esconderme del dolor de su partida en mi caparazón canceriano. No he vuelto a hablar con su esposa Marianella, mi amiga y buena consejera, a pesar de que pienso en ella constantemente y en cómo se debe sentir.
Para mi Aliro Paulino era un padre, desde pequeña lo veía en mi casa y siempre supe que era el gran amigo de mi papá, con quien compartió innumerables experiencias en el camino de más de 50 años de amistad.
Fue un gran hijo, padre, esposo, amigo. Honorable ciudadano, con vocación política, la de servir, la de mejorar la Nación a través de las acciones. Diplomático por excelencia, debió ser tomado más en cuenta para representar nuestro país en otras naciones. Debió ser tomado más en cuenta simplemente… dibujante, escritor, historiador, masón. Le pasó lo que le pasa a los hombres como él en nuestro admirable país, que por ser tan apegados a la ética y la justicia se les cierra el paso.
Me acostumbré a verlo siempre junto a mi padre, se complementaban; papi era más reservado y Aliro era espontáneo, tenía el arte de narrar las situaciones, veía el lado bueno de todo y salpicaba de humor las tantas anécdotas que atesoraba.
La primera vez que participé en el programa de televisión de papi “Comentarios Sabatinos” lo hice con Aliro, fue algo simbólico, decía mi papá, porque estaba al lado de mis dos figuras paternales. Me preguntó si no me importaba estar al lado de dos viejos robles y yo por supuesto contesté que no, si estaba al lado de dos troncos repletos de sabiduría.
No puedo olvidar ese triste día de octubre 23 del 2006, mi padre estaba ingresado en cuidados intensivos, producto de un derrame cerebral. No eran permitidas las visitas por obvias razones, pero Aliro no era visita, era familia. Estábamos los tres en la habitación, mi padre no podía hablar ni moverse, pero en sus ojos reflejaba todo lo que sentía, Aliro y yo lo sabíamos, lo sentíamos también. Los tres en silencio, con la honda pena de una próxima despedida. Aliro sostuvo la mano de mi padre por horas… los grandes amigos se decían adiós. El día de su muerte, el 5 de noviembre de ese año, Aliro tembloroso quiso decir palabras que no llegaron a nacer, papi ya se había marchado. Y a partir de ese momento me refugié en él, iba a su casa pintada de tantos recuerdos y pasábamos horas rememorando el pasado y siempre, siempre, siempre que nos despedíamos, nos abrazábamos sin poder contener las lágrimas.
Y hoy, también él se fue, Aliro ya no está desde febrero de este año y aún no me lo creo, me he quedado sin mis padres y siento la soledad de esas dos pérdidas.
No he vuelto a su casa ni he hablado con su esposa a quien admiro inmensamente, por ser una mujer de temple, firmeza, carácter y estoicismo. No sabría qué decirle, no podría darle ánimos, porque aún no asimilo que Aliro Paulino ya no está entre nosotros. Sé bien que su alma está en evolución y que está en otro plano de conciencia, sin embargo me hace falta, igual que me hace falta mi padre y me cuesta superar esas dos partidas. Nunca he sido buena en las despedidas.
Envío luz para esas dos almas y oro para que Dios nos de la suficiente fuerza para seguir adelante sin ellos, los robles del camino.
No quiero decirle adiós a Aliro Paulino, quiero decir un hasta luego con todo el amor que le tengo.

Una reflexión maternal



Desde niñas nos regalan la muñeca, para que vayamos adiestrándonos en lo que nos dicen que es la misión de nuestra vida, crecer y convertirnos en madres. Nos dicen que cuidemos a esa muñequita, que la acurruquemos, le cambiemos la ropita y si viene incluido el biberón de juguete, que a cada cierto tiempo se lo demos, porque los bebés son delicados y hay que saber alimentarlos. Nos dicen que ser madre es lo más maravilloso que existe, que es la realización de una mujer y así vamos creciendo y suspirando por ese día en que una nueva vida empiece a crecer en nuestro vientre, atiborradas de toda la artillería de mensajes maravillosos.
Hoy con un hijo de casi ocho años y de haber sentido a plenitud todos los "sentimientos maravillosos" en torno a la maternidad, concluyo con que en nuestra sociedad no se nos enseña la realidad que encierra ser madre, lo único que escuchamos son las “maravillas”, pero no se nos habla de las responsabilidades, de las angustias, de las incertidumbres y del valor que amerita ser MADRE.
Cuando somos madres no vivimos eternamente en un mágico reino de alegrías y sonrisas, la tercera parte de los días estamos pensando en cómo educar a nuestros hijos y hacer de ellos hombres y mujeres de bien en el futuro, tarea difícil en una sociedad consumista, que invierte valores sólidos, en donde la familia sufre una desarticulación acelerada. Con más de un 55 % de hogares en donde la mujer está sola y a cargo de la responsabilidad económica y la educación de los hijos. Cuando somos madres estamos lidiando con la misión de mantener un equilibrio entre la vida propia y la tarea maternal, agregando la carga respectiva de sentimientos de culpa y remordimientos que sentimos porque no se nos enseña que es correcto mantener nuestro espacio al tiempo de ser madres; hemos recibimos una educación que nos inculca que desde el instante en que nos convertimos en mamás, nos envolvemos en el cordón umbilical eternamente y dejamos de “existir” como mujeres, porque hemos crecido sólo para llenar nuestro rol de madre. Entonces estamos lidiando con el equilibrio personal y maternal, con la responsabilidad económica del hogar, con la educación sólida y con la previsión del futuro…con todo esto la maravilla de ser madre se convierte en un reto al que no nos preparan y nos golpea de repente la realidad como un vaso de agua helada.
¿Y qué es esa realidad? Que para ser madre hay que estar aptas emocionalmente, que vamos a asumir la responsabilidad de traer a través de nosotras otro ser vivo, al que hay que amar, educar, enseñar y muchas veces hasta con dolor castigar. Agreguemos las noches en vela que serán la compañía a partir de ahora y que debemos de tener la entereza de saber que a veces no seremos las protagonistas de la vida de nuestros hijos y que a esos hijos debemos aceptarlos tal y cual son desde pequeños hasta que sean adultos y tomen las riendas de su vida y más que cualquier otra cosa, no se nos enseña que nuestros hijos, no nos pertenecen y por lo tanto es nuestro deber ayudarlos a crecer con independencia y personalidad propia para que cuando a ellos les toque un día ser padres, sean un tomo corregido, renovado y mejorado de nosotros mismos.
Sí, ser madre es lo mejor que me ha pasado y ha sido la experiencia dulce… y agria que impulsa mi vida a seguir y que me hace llorar y reír, me hace temer y reflexionar, me motiva a ser yo misma a pesar de entregarle cada día la vida a mi hijo.