sábado, 30 de julio de 2011

Jaque mate


Los violines de Every little thing she does is magic en su versión sinfónica, empezaron a sonar e inmediatamente los helechos en mi balcón se contonearon. Es una tarde fría, húmeda y sabatina.
En este escenario de diversidad, extiendo mis manos hacia delante con mucho cuidado y con los ojos cerrados voy sacando de mi mente el ajedrez personal. Acaricio cada una de mis piezas. Son muy blancas. Las coloco, sobre el tablero. Las preparo para librar la batalla. Será una de las jugadas más arriesgadas. Además, intuyo que larga, también. Mi adversario es sabio, impredecible y preciso. La determinación y la estrategia son claves para vencerlo.
Organizo las piezas. Desplazo al rey en dirección vertical y a la dama la coloco al borde del tablero. Mi alfil evita a la torre, pero ésta la encara con maestría. Desde un extremo, el caballo viene galopando con fuerza y derriba todos los obstáculos que se le presentan cada dos casillas. El peón hace su obra y captura algunas piezas dispersas. El tiempo avanza. En ocasiones, me desespero y con torpeza vuelvo a mover a la dama, esta vez, en retroceso. Respiro, respiro, respiro. Pongo a mi rey bajo ataque, de nuevo. Pero ocurre algo que no esperábamos, justo cuando pensé que el juego estaba perdido, mi peón que está en un flanco es promovido a dama y, jaque mate.
Los helechos siguen su baile sensual en el balcón. Every Little thing she does is magic se termina lentamente. Ioo ioo, ioo iooooo…

viernes, 22 de julio de 2011

Happy Birthday




El reloj va casi llegando a las 9:00 de la noche. Escucho Insurrección de Miguel Ríos. Dice en una de sus estrofas: “Me siento hoy como un halcón herido por las flechas de la incertidumbre”.
Mi cumpleaños es hoy, hace más de tres décadas que me arrojaron a la vida. Un 22 de julio del 1972, año y día que no sé por qué, pero me parecen color naranja o lleno de naranjas o tirando a naranja. Tengo que buscar qué significa eso en la Cromoterapia o bien, me hago un análisis Freudiano sin muchas expectativas.
Y la canción dice: “Me siento hoy como un halcón llamado a las filas de la insurrección”.
He recibido innumerables felicitaciones por las redes sociales y una que otra llamada por el bb. Al parecer soy querida y tomando los mensajes clave de la mayoría de ellos, soy una persona admirada.
Yo decía que el día en que mi cumpleaños ocupara el viernes en el calendario, tendría festejos, algarabías, cena y baile. Me reiría tanto que mi mandíbula se desencajaría y apagaría todas las velas del pastel.
Sin embargo ya son las 9:00 de la noche, escribo letras sin sentido, sentada con un pantalón muy viejo y con una agenda que incluye cepillado dental y abrazo de Morfeo. No hay pastel, la excusa fue mi metabolismo lento. Tampoco baile, me duele una rodilla. La algarabía mayor es de mi hijo jugando fútbol en el Xbox. La cena fue un suculento plato de salchichas, en honor de mi padre.
Hoy, el gran festejo fue una evidente crisis espiritual. Su protagonista fue Buda.
Y a pesar de que no estoy debajo de un gran árbol que me dará iluminación, estoy feliz. Y esto es un sentimiento mucho más pacífico de lo que se cree.
Sigo en mi caracol de recuerdos y eso, hoy, me basta.
Happy Birthday…to me.
La canción va por: “Barras de bar vertederos de amor”.