jueves, 6 de febrero de 2014

Lo simple. Lo básico.

Lo simple. Lo básico.
¿Será ese el escondite de la felicidad?
Las canciones sonando en un celular, en este instante Etta James con "At Last". 
Mi hijo jugando en el IPAD. Mi perrita acostada en su canasta. Mi gato en la esquina de la cama.
¿Y yo? Escribiendo.
Todos en una habitación con aroma a vainilla y mirra.
Todos en un hogar con una gotera en la cocina y la madera de la terraza necesitada de tratamiento.
Un hogar cálido, es nuestro con nuestro orden no perfecto.
En el mueble de la entrada tenemos la cajita mágica en donde guardamos los centavos que cada día nos sobran, y que la Providencia nos multiplica sin lugar a dudas.
En una esquina del comedor un velón encendido haciendo lobby para la realización de las peticiones que le hemos encomendado.
Caminamos libremente por la sala , recorriendo algunos pelos que desprende el gato.
Ponemos los periódicos para que la perrita vaya a hacer pis sobre ellos.
Y ya tenemos el plan del sábado.
Tenemos sueños, preocupaciones e incertidumbres.
Tengo que hacer la lista del super y sacar el presupuesto del mes.
Vivimos en constante desapego y aferrados a la nada.
¿Será ese el secreto de la felicidad?
¿Será esa sensación de paz que tengo próximo a dormir en mi cama cómoda y rustica?
Es tan simple, que me parece inconcebible.
Somos felices con todo lo que nos falta y con lo mucho que tenemos, porque nos tenemos a nosotros mismos.
Cada día con su afán. Este casi se está durmiendo.
Mañana empezamos de nuevo, mientras somos felices con lo poco y mucho que tenemos.


 

miércoles, 5 de febrero de 2014

El roble que fue trigo



Y si no te hubieses ido
Y si el tiempo no hubiese pasado
Y si volviese a tocarte
Y si me volvieses a mirar
Si escuchara tu voz una vez más
Al caer la tarde siento más esa especie de ausencia tuya
Sé que estas, lo sé, lo sé, pero de vez en cuando, se me olvida que no existes en el mismo plano
Y te añoro, te extraño y se evidencia el vacío enorme que cargo a cuestas
Solo un día, un momento, un minuto
Solo eso. Solo eso.
Eras el roble que se meció como el trigo cuando sus espigas decidieron volar.
Ese día, marcaste mi corazón porque ya nunca ha vuelto a latir igual
Y será así hasta ese amanecer en el que te vuelva a ver
Yo sé que estaremos juntos otra vez
¿Pero qué hago hoy? Este es el día en que te extraño.
El sonido peculiar de la mecedora
Las teclas de la Underwood
Los pasos lentos de la sala hacia la biblioteca
Y si no te hubieses ido
Y si el tiempo no hubiese pasado
Y si volviese a tocarte
Y si pudiera volverte a ver...