viernes, 18 de octubre de 2013

Eclipse total… Luego yo.



Hoy nuestra noche se viste con una gala especial. Se trata de su novia, la Luna, que cuando llegue impetuosa a la fase total y esté inmensa, como solo ella y nada más que ella, puede estar, se volverá sensualmente roja debido a la luz solar que refracta la atmósfera terrestre.

Se ha comprobado que pocos días antes y después de un eclipse lunar, se producen cambios físicos, por ejemplo la tensión superficial de los líquidos aumenta, causando alteraciones bioquímicas en los organismos, y eso incluye a nosotros, los seres humanos. Igualmente los instrumentos electrónicos sufren fluctuaciones.

Según los astrólogos, el ambiente se carga de mal humor, alboroto, tensión, violencia, accidentes y sí, hasta alteraciones bursátiles. No se recomienda hacer negociones ni tomar decisiones en estos días, hasta que la marea que baila a son de la Luna baje su intensidad y, en vez de Jethro Tull, se mueva delicadamente con el Canon de Pachelbel. El eclipse durará hasta el sábado, que se producirá a 13 grados de Virgo.

Según una leyenda hindú, los eclipses de Luna se deben al demonio Rahu quien, en   venganza contra Soma (dios lunar) por una infidencia, "se traga" de vez en cuando, al satélite terrestre.


El dios Vishnu debía repartir el néctar de la inmortalidad entre los semidioses y darles el sobrante a los demonios; pero oh sorpresa,  Rahu disfrazado de semidios, se puso en la fila para recibirlo primero.

Soma advirtió del engaño a Vishnu justo -como suele pasar- en el momento en que una gota del néctar caía en los labios de Rahu, y por eso, aunque lo decapitó, la cabeza del demonio se volvió inmortal y quedó colgada del cielo, desde donde de tiempo en tiempo, se engulle a la  cándida e indefensa Luna. Hoy los hindúes están muy bien guardados en sus casas, por si acaso…


En IV A. de C. Aristóteles determinó la redondez de la Tierra al verificar que en los eclipses de Luna, la sombra terrestre proyectada sobre el satélite era curva.
El 1ero de marzo de 1504 Cristóbal Colón aprovechó un eclipse para atemorizar a los indios jamaiquinos y conseguir que pertrecharan sus naves. ¡Ay Colón!

Los eclipses de Luna sólo se dan en plenilunio (Sol opuesto a la Luna) y son vistos de idéntica manera por todos los que tienen al satélite sobre el horizonte.

Durante un eclipse de Luna, su cara visible, la única iluminada por el Sol, entra en el cono de sombra de la Tierra y deja de recibir su radiación, lo que provoca que en horas la temperatura caiga de 130 a 100 grados bajo cero; en tanto, la cara oculta sufre esta oscilación lentamente cada 29,5 días.

Las calles de Santo Domingo esta noche están más congestionadas que lo habitual. Juro que no es sólo mi percepción. Los autos andan como termitas, queriendo destruir/circular en una autopista solitaria, porque los motores y las luces del otro carro, el de enfrente, el de atrás, el de al lado, irritan irascible e incontrolablemente.
Yo, obviamente no soy hindú, aunque me confieso admiradora de esa gran cultura, pero ando cobijada en casa, acariciada auditivamente por ritmos brasileños, disfrutando un robusto vino francés junto a un casi prepotente jamón serrano. Y es que somos tan variopintos culturalmente…


En fin, como los entendidos en esa materia aconsejan para hoy, en medio de este eclipse total del ¿Amor? ¿Vida? ¿Pasado?, suelto, disuelvo, cancelo, transmuto toda energía mal calificada y ordeno que se devuelva a su lugar de origen. Esta noche mágica, es de finales para comienzos y de despedidas para bienvenidas. Es de desapego para recibir. Es de muerte para vivir. Y, siempre, por siempre, hasta siempre, hoy, será la noche para regodearse en el aprendizaje, crecimiento y evolución.