Hoy nuestra noche se viste
con una gala especial. Se trata de su novia, la Luna, que cuando llegue
impetuosa a la fase total y esté inmensa, como solo ella y nada más que
ella, puede estar, se volverá sensualmente roja debido a la luz solar que refracta
la atmósfera terrestre.
Se ha comprobado que pocos
días antes y después de un eclipse lunar, se producen cambios físicos, por
ejemplo la tensión superficial de los líquidos aumenta, causando alteraciones
bioquímicas en los organismos, y eso incluye a nosotros, los seres humanos.
Igualmente los instrumentos electrónicos sufren fluctuaciones.
Según los astrólogos, el
ambiente se carga de mal humor, alboroto, tensión, violencia, accidentes y sí,
hasta alteraciones bursátiles. No se recomienda hacer negociones ni tomar
decisiones en estos días, hasta que la marea que baila a son de la Luna baje su
intensidad y, en vez de Jethro Tull, se mueva delicadamente con el Canon de
Pachelbel. El eclipse durará hasta el sábado, que se producirá a 13 grados
de Virgo.
Según una leyenda hindú, los
eclipses de Luna se deben al demonio Rahu quien, en venganza contra Soma (dios lunar) por una infidencia, "se
traga" de vez en cuando, al satélite terrestre.
El dios Vishnu debía
repartir el néctar de la inmortalidad entre los semidioses y darles el sobrante
a los demonios; pero oh sorpresa, Rahu disfrazado de semidios, se puso en
la fila para recibirlo primero.
Soma advirtió del engaño a
Vishnu justo -como suele pasar- en el momento en que una gota del néctar caía
en los labios de Rahu, y por eso, aunque lo decapitó, la cabeza del demonio se
volvió inmortal y quedó colgada del cielo, desde donde de tiempo en tiempo, se
engulle a la cándida e indefensa Luna. Hoy los hindúes están muy bien
guardados en sus casas, por si acaso…
En IV A. de C. Aristóteles
determinó la redondez de la Tierra al verificar que en los eclipses de Luna, la
sombra terrestre proyectada sobre el satélite era curva.
El 1ero de marzo de 1504
Cristóbal Colón aprovechó un eclipse para atemorizar a los indios jamaiquinos y
conseguir que pertrecharan sus naves. ¡Ay Colón!
Los eclipses de Luna sólo se
dan en plenilunio (Sol opuesto a la Luna) y son vistos de idéntica manera por
todos los que tienen al satélite sobre el horizonte.
Durante un eclipse de Luna,
su cara visible, la única iluminada por el Sol, entra en el cono de sombra de
la Tierra y deja de recibir su radiación, lo que provoca que en horas la
temperatura caiga de 130 a 100 grados bajo cero; en tanto, la cara oculta sufre
esta oscilación lentamente cada 29,5 días.
Las calles de Santo Domingo
esta noche están más congestionadas que lo habitual. Juro que no es sólo mi
percepción. Los autos andan como termitas, queriendo destruir/circular en una
autopista solitaria, porque los motores y las luces del otro carro, el de
enfrente, el de atrás, el de al lado, irritan irascible e incontrolablemente.
Yo, obviamente no soy hindú,
aunque me confieso admiradora de esa gran cultura, pero ando cobijada en casa,
acariciada auditivamente por ritmos brasileños, disfrutando un robusto vino
francés junto a un casi prepotente jamón serrano. Y es que somos tan
variopintos culturalmente…
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Todo es un azar que lleva a una causa, que es el hilo conductor para cada azar. De esto trata este blog. Es una causa y es un azar. Esto hace que se manifiesten muchas otras causas y muchos otros azares. Sin frecuencias, sin definiciones, sin especificaciones. Es para todos y es nada, para ser todo.
viernes, 18 de octubre de 2013
Eclipse total… Luego yo.
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